En descarga de quienes lo vivimos en vivo y en directo me gustaría decir dos cositas dos, para esta tarde:
1- La artimaña del extranjero que aporta una visión exterior - tan sobrevalorada - esta manidísima por parte del nacionalismo catalán. Recurre continuamente a la creencia de que si estás dentro, no acabas de verlo claro, así que viene uno de fuera y te lo explica. Y si no lo tienes claro, te hacen dudar. A veces, hasta te convencen - si lo dice un "professor"... En Cataluña tenemos unos cuantos de estos personajes - llamados cariñosamente "trincaires", o sea: que trincan -, propios y extranjeros.
Me trae usted a la mente un personajillo de TV3 llamado Mathew Tree - si hay más catalanes en el foro, sabrán de quien hablo -. Ah, y nuestra estrella literaria de última generación, made in TV3 también: Asha Miró. "Le escriben" una novelas que quizás le pisen a usted las ventas, Don Arturo. Así, que cuidado, que sabe latín. Pero más latín sabe su agente, Anna Soler- Pont, que se ha llevado el gato al agua con la feria de Frankfurt - Frankfurt de alemania, o sea, el extranjero - a costa de bailarle el agua al tinglado nacionalista. ¿Le doy el nombre de una megaconocida escritora catalana? Tome nota: Agnès Agbotón. Conocidísima de todos en el patio de su casa, porque en la mía... Pues esta señora es beninesa, y entre su obra que está en Frankfurt hay !un libro de cocina! Se lo juro, señor Reverte. Eso sí, la señora Agbotón es licenciada en filología catalana - vaya... como Bargalló... y como Carod... y como medio gobierno catalán - y su obra - que la hay, antes de caer en los libros de cocina, lo intentó con la literatura - está redactada en un impecable catalán... de negro. Y no hablo del color de su piel, precisamente.
Pero el tema "extranjero", no termina aquí. Está la opción inversa: si mahoma no viene a la montaña, la montaña va a mahoma. Una de las obsesiones del nacionalismo- soberanismo catalán ha sido el los últimos años "internacionalizar el conflicto" - y las palabras las he escuchado literal. En el congreso flamenco se toma nuestro flamante estatuto como referencia, y Salmon se dirige a nosotros por TV3 hablando del proceso soberanista que ha puesto en marcha en Escocia, "como se ha hecho en Cataluña".
Yo hablo un francés con acento patuá, y lo estudié casi de gratis ¿imagina dónde? Sí señor, en el Quèbec. Y tras cuatro horas de lengua francesa por la mañana, teníamos dos horas de cultura quebecuá por las tardes. Ya no diferencio a Pujol de Duplessis. Luego perdieron el referendo y se acabaron las becas. ¡Pero ahora tienen Finlandia!
2 - Habla usted de silencio... Intente decir algo en Cataluña, si puede. Es más, le animo a pasarse por aquí a promocionar su obra como ha hecho por tantas ciudades de España. La Carta Esférica transcurre en parte en Barcelona, ¡venga a promocionarla! ¡A hablarnos de ella! ¿Sabe una cosa? Llenaría. Se lo aseguro. Sin embargo una editorial tan poderosa como la suya no lo promueve, ¿por qué? Ay, señor Reverte, esas ondas en el estanque del oasis cuando se lanza una piedra son aquí verdaderos tsunamis cuando alcanzan la orilla, y ¿sabe quien los aprovecha? sí, el nacionalismo, como una potentísima, poderosísima estación mareomotriz. ¡Alfaguara ofende a los catalanes, trayéndonos a Reverte!
El nacionalismo lo enchumba todo, hasta nuestras relaciones personales - el primer tanteo se ha convertido en los últimos años en saber predecir la lengua en la que debes dirigirte a tu interlocutor, no vayamos a herir sensibilidades - y así, no hay quien se mueva si quiere progresar.
Ya ve, le pido que no se sulfure, y me sale un lamento de tropecientas líneas... pero es que ha tocado usted El Tema.
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Nuestra verdadera nacionalidad es la del género humano. (Herbert G. Wells)
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