de educación, Blanca. La RAE compete directamente a este ministerio y más desde que se separaron Educación y Cultura. Lo cual no excluye que pueda ir el de cultura e incluso presida sesión si el protocolo lo incluye entre las máximas autoridades presentes. En efecto, va el gobernador del banco de España como presidente de la fundación pro Real Academia y muchas veces llama la atención la representación de ciertos estamentos castrenses que pueden llegar a ser numerosos y dejar desconcertado al respetable por no esperarse tanto uniforme suelto. Esto es más evidente en las sesiones no necesariamente de ingreso solemne si no de alguna celebración u homenaje o presentación de lo que sea, en particular si van los reyes.
La curia, depende. Desde que murió el cardenal Tarancón alguno que otro se ha visto (no se puede olvidar que García de la Concha llegó a cantar misa en edades más lozanas). Quizás van de incógnito. A saber.
El encaje de bolillos que supone por parte de Pilar Llull, jefa de gabinete del director, y demás gestores (abundan las mujeres) organizar los tinglados académicos merece páginas y páginas de brillante capacidad de organización. Y puedo acreditar que la Llull solventa imprevistos sobre la marcha mejor que nadie que haya visto nunca en acción da igual el asunto que sea. El resultado en estas ocasiones es la asignación de plazas a invitados que se encuentran en la sala por motivos de lo más variados: desde las personalidades, a las autoridades, a los lexicógrafos de la casa, a filólogos notables, a amigos, a familiares de académicos, a amigos de familiares de académicos y vendedores de pipas. Lo que se llama en el argot redes de contacto. Y claro todos en la lista de Pilar. Es lo que tiene que los ingresos académicos ya no sean actos públicos con aforo libre como lo eran antes. Todo ha de estar al milímetro. Manda el protocolo. Las invitaciones se cotizan mucho según qué cosa tenga lugar.
Como anécdota frívola que en la Academia después de los ingresos no hay cóctel ni nada por el estilo. Refrigerios y bebidas corren a cargo del flamante nuevo académico. Arturo la celebró en el Ritz en todo un alarde. En la Casa se forman corrillos y se saluda a la peña que hace tiempo que no se ve. Se besa, se da la mano, se dice hola y se coge el coche rumbo a casa a cambiarse de ropas tras el día de gala.
Es una gran familia la academia. Hay quien dice que nunca se sale de ella. Pero da gusto ser de ella.
Nota: Canapés cuando es el día de la fundación y se entrega el premio Real Academia, que por algo pagan los amigos. Juasjuasjuas
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kthma ej aei: adquisición para siempre dice Tucídides que debe ser la historia |