Marco Succio (Universidad de Génova):

Alatriste e Italia: una cuestión genovesa”

 

 

Dado el origen del conferenciante, esta conferencia no podía tratar de otra cosa que Génova y su aparición en las novelas de Alatriste.

 

Se empezó definiendo a los genoveses con un carácter de incertidumbre, más inclinados a la reflexión que a la acción. Su pasado glorioso otorgó a Génova soberbia.

 

Se trataron las relaciones entre Génova y España, que se remontan al siglo XI, cuando Génova se lanza al comercio mediterráneo. La astucia y la firmeza son rasgos propios de la cultura genovesa. El siglo XIII es decisivo en las relaciones con España, ya que es cuando empieza a producirse la emigración de genoveses a la península. Tienen una clara preferencia por Andalucía, por ello, personajes como el Garaffa de El oro del Rey no resultan nada extraños, ya que en 1251 el rey Fernando III pone a disposición de los genoveses un barrio en Sevilla.

 

La presencia de lo genovés es constante en las páginas de las novelas de Alatriste. Sin embargo, Génova no aparece como espacio físico, sino más bien como presencia. Prueba de ello es que en el libro que Juan Eslava Galán dedica a los escenarios en que se desarrollan las novelas Génova no aparece, lo que es propio a su esencia, que siempre ha preferido mantenerse escondida.

 

El principal producto de Génova era el papel, aunque, sin embargo, los libros que se imprimían allí se imprimían en papel de mala calidad. Un producto que aparece en las novelas son las ciruelas de Génova, como, por ejemplo, en este pasaje de la primera de las novelas de la saga de Alatriste:

 

“Una mujer trigueña, medio italiana y medio española, de cabos negros y ojos de buen tamaño, de esas que dicen asustarse al ver un ratón pero se huelgan de topar con media compañía de arcabuceros, había empezado por pedir que la regalara con ciruelas de Génova, luego con una gargantilla de oro y a la postre con vestidos de seda; y acabó, como suelen, por calzarse hasta el último maravedí”

 

   Sin embargo, en la zona no existe cultivo de ciruelas. Cosas como esta hacen que Génova sea vista a veces como una ciudad irreal llena de tópicos.

 

A continuación pasó a hablarse de uno de los principales personajes de la historia de Génova, como es Ambrosio Spinola, aunque, a pesar de la relevancia alcanzada en España, Génova no ha mostrado demasiado interés por su figura. No fue el primer genovés en tener relaciones con España y su presencia se hace más patente en el mundo de la pintura, circunstancia que es fruto de una política de glorificación de sus hazañas por parte de su familia. A pesar de su relevancia muere solo y abandonado en 1630.