Foro sobre Arturo Pérez-Reverte
Un lugar de encuentro donde "discutir" sobre la obra del escritor Arturo Pérez Reverte

Salva escribió el día 05/05/2017 a las 09:22
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"Nunca he visto a nadie morir por ideas ni por la patria" (Clarín)
"Nunca he visto a nadie morir por ideas ni por la patria"

El escritor español presenta "Falcó", el sábado en la Feria del Libro.


"Nadie entiende de la Argentina mejor que si lee a Soriano o a Arlt". / María Eugenia Cerutti

Laureano Debat
Feria del Libro 2017
MADRID. ESPECIAL PARA CLARIN

“La noche es neutral. Es de quien la utiliza, no ayuda ni a unos ni a otros”, piensa Falcó, insomne en su habitación, fumando y planeando una operación comando. Una frase que es la esencia del personaje que Arturo Pérez-Reverte ha creado para su último libro: un tipo sin otro bando que el suyo personal y que actúa en una España polarizada como nunca en toda su historia. Un aventurero en busca de adrenalina y que se basta de sí mismo para torcer el destino a su favor.

Falcó (Alfaguara) transcurre en el otoño de 1936, unos meses después del levantamiento franquista que da comienzo a la Guerra Civil. Y con un protagonista que, tras viajar por el mundo traficando armas, ahora trabaja para los nacionales en plena insurgencia. Un mujeriego, bon vivant y con un sentido de la moral opuesto a los valores de Dios, patria o familia. Pérez-Reverte lo presenta mañana en la Feria del Libro, a las 20, en la sala Borges.

Antes, el escritor recibió a Clarín en su casa del barrio de Las Matas, en la urbanización de Las Rozas (a 17 kilómetros de Madrid). En la charla muestra su biblioteca, distribuida en tres plantas, por géneros, países y épocas: libros de historia, enciclopedias, diccionarios, escritores argentinos, siglo XVII en España y, así, hasta superar los 32 mil ejemplares.

Se detiene en el estante reservado a Joseph Conrad, el único escritor en toda la casa de quien hay una fotografía colgada. “Cuando estoy trabajando y me encuentro en un momento difícil, narrativamente hablando, vengo aquí y digo: a ver, maestro, ¿qué hago? Cojo cualquiera de sus libros y leo. Y es como tomarte una aspirina. De pronto, todo otra vez se pone en su lugar y parece sencillo, todo se ordena”.

En un rincón, hay una carta naval desplegada para su próxima incursión como navegante en el Mediterráneo. En varias galerías, su colección de más de 120 sables de caballería, todos originales. Por donde haya una mesa, hay libros encima. Coloco mi grabador sobre las tapas duras del tomo completo del Borges, de Adolfo Bioy Casares.

- ¿Por qué novelar la operación para liberar a Primo de Rivera? ¿Qué lo cautivó de este hecho?

- No me apetecía el hecho en sí, yo quería contar una historia en la Guerra Civil que no fuera la típica novela de buenos y malos, con un personaje que no fuera ni de unos ni de otros. Lo de Primo de Rivera me daba un pretexto narrativo muy bueno, no se había novelado y era un territorio donde se podía mover la novela con tranquilidad. Lo de José Antonio, en realidad, me es indiferente. Pero sí era muy eficaz como pretexto narrativo, por eso lo elegí a él.

-¿Le hubiese gustado cubrir la Guerra Civil Española como lo hace un cronista de guerra?

- La verdad que no. Una de las ventajas que tenían mis guerras era que no eran mías. Me iba Sudán, Angola o Bosnia y siempre tenía el consuelo de que aquella Troya que ardía no era mi Troya. Después con los años descubrí que siempre es tu Troya ¿no? Que el muerto, aunque sea sudanés, angoleño, bosnio o croata, siempre tiene el rostro de un amigo tuyo, de tu hijo, de tu hermano...

- Falcó podría parecer de antemano un personaje antipático. Pero luego nos seduce.

- Es un hijo de puta, mujeriego y golfo, pero gusta a las mujeres y cae bien a los hombres. Y esas son armas que él utiliza para sobrevivir y medrar. Es un tipo encantador, socialmente. Lo que pasa es que, moralmente, no lo es. Falcó puede caer antipático a aquellos que creen que la ideología es imprescindible. Cuando uno mira las cosas de lejos, con la historia o la ideología como marco, es muy fácil distinguir las cosas buenas de las malas. Es evidente que la República era buena y que los otros eran malos, eso está claro ¿no? Pero, como dice mi amigo el pintor de batallas Augusto Ferrer Dalmau, “yo no pinto ideologías, pinto seres humanos en la guerra”. Cuando te acercas a los seres humanos, la cosa ya no está tan clara. Yo he estado en guerras civiles como la de Nicaragua, por ejemplo, donde el bando somocista era el malo. Y cuando te acercas y estás con ellos, te das cuenta que son unos pobres desgraciados que están ahí con el fusil intentando sobrevivir. Yo nunca he visto a nadie morir por ideas ni por la patria. La gente lucha por sus amigos, porque le ha tocado, porque no tiene más remedio o por sobrevivir.

- “El mundo es una aventura formidable que no estoy dispuesto a perderme”, dice Falcó. Pareciera que lo mueve más un deseo por saciar su sed de viajes, mujeres y acción, más que el dinero.

- Sí, porque Falcó es un aventurero. Yo he conocido a gente así, que no la mueven ni ideologías ni ambiciones ni dinero. Les va la marcha, la tensión y la adrenalina. Hay asesinos, torturadores, criminales que son gente interesante. Yo pasé ocho horas en la terraza de un hotel en Sarajevo junto a un francotirador, al que había pagado para que me dejara estar y hablar con él. Me contó cómo lo hacía y por qué disparaba y a quién. Ese tío no estaba ahí por Serbia ni por dinero, sino porque le gustaba disparar. Era un cazador y cazaba seres humanos. Por eso que poner etiquetas es estúpido y peligroso, porque impide acercarte a la naturaleza de las cosas. Si quitas la etiqueta y te acercas al que está al lado y le dices “venga, tómate una copa conmigo, hijo de puta”, a lo mejor estás horrorizado moralmente, pero fascinado intelectualmente.

- El narrador de su novela es una tercera persona omnisciente que, por momentos, pareciera fundirse con la voz de Falcó, como si fuera el propio personaje quien narre.

- Se asoma un poco a su monólogo interior sin asomarse demasiado. Esta vez, quería crear un artefacto que fuese fluido, eficaz, con un ritmo preciso, con un lenguaje más cortante y con diálogos más secos. Aquí empleé todo lo que he aprendido como novelista en estos 30 años. Es una novela más cortada y sincopada, con mucha acción y menos descripción. Hay un producto mucho más afinado. Porque una novela si no es eficaz no es buena, sin peros. Y eficaz ¿qué es? Que produzca en el lector exactamente lo que el escritor quiere que se produzca, más las cosas que se deriven de ello. Si la novela no funciona, es una mala novela.

- ¿Cuáles son sus escritores argentinos favoritos?

- Roberto Arlt es el mayor escritor argentino. Lo gracioso es que cuando yo empecé a ir a Argentina, hace ya 40 años, era considerado un escritor menor. Y todos estos gilipollas que ahora le hacen prólogos a Arlt, entonces lo despreciaban y no hablaban de él. Como también despreciaban a Soriano, al que mataron de pena por no reconocerle su talento. Nadie entiende la Argentina mejor que si lee a Soriano o a Arlt. Leer a Borges no, porque Borges no es argentino sino universal, es otra cosa.

- ¿Trata de ser exacto con los detalles de lugares reales que describe en sus novelas?

- No trato de ser exacto: debo serlo. Siempre hay un margen de ficción y de manipulación, pero intento ser exacto, más que nada por honor profesional. Me gusta que mis novelas estén muy bien documentadas. Por ejemplo, en El tango de la Guardia Vieja, si digo que al salir de la estación de Barracas camina y cruza a la derecha donde está el colegio tal, el manicomio, la fábrica de cerveza tal, me gusta que los argentinos que saben eso y que a lo mejor son tres digan: qué cabrón, lo ha preparado. Es una especie de vanidad personal.

- Me mostró el primer manuscrito de la nueva entrega de Falcó. ¿Cuánta vida tiene este personaje?

- No sé cuántos haré, es un experimento. Ha ido tan bien que por eso me animé a hacer el segundo. Por lo menos haré tres, todos ambientados en la Guerra Civil. También puedo hablar de historias retrospectivas anteriores a esto. Todo puede ocurrir.

https://www.clarin.com/cultura/visto-nadie-morir-ideas-patria_0_HyUGJUY1Z.html


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