PRESENTACIÓN DE EL PINTOR DE BATALLAS EN MADRID (16

CONFERENCIA DE A.P-R. EN MURCIA (04.04.06)

por Fierabrás y Duquesa de O

 

Todo comenzó la tarde del cuatro de abril del año de nuestro señor de dos mil seis. Tras abrir la sala de conferencias del Archivo Municipal de La Región de Murcia entraron Arturo Pérez-Reverte, Joan Mundet (dibujante), Íñigo Marco (productor ejecutivo) y dos personalidades de La Región. Primeramente tomó la palabra el que creo que era el Director de la Biblioteca Regional o del Archivo Regional, ambos o ninguno, no lo recuerdo bien. Como siempre empezó con agradecimientos dándole la palabra en segundo lugar a la otra personalidad de La Región, cerebro de la conferencia y exposición de las láminas, que empezó a dar las gracias de nuevo. Seguidamente le dio la palabra a Iñigo Marco, quién cuando iba a empezar a volver a agradecer fue instado por Pérez-Reverte a dejarse de agradecimientos y entrar en faena pues el tiempo era breve, menos de una hora.

 

Hablaron de muchas cosas relacionadas con la película, y entre las principales destacaría las siguientes y no precisamente por el “orden de aparición”:

 

Entre los datos y anécdotas que narraron, un humilde servidor, empezaría contando cuando Pérez-Reverte se encanó y contó el principio de la película, es por ello de bien, que avise a vuestras mercedes por si no quieren conocerlo. La película comienza con un mapa de Europa donde marcadas en rojo aparecen las posesiones del Imperio Español. Acto seguido la cámara hace un zoom hasta llegar a una zona, quién sabe cuál, de Flandes, donde se ven unos encamisados dispuestos para entrar a la acción.

 

Contado ello, que no es baladí, contaron el final, que aunque no totalmente difundido, sí que dijeron que a Alatriste no se le ve morir en Rocroi.

 

Otro dato importante es la fecha de la presentación, ¡tatatachán! Será y aseguró el productor ejecutivo el 1 de septiembre, así ya saben, yo ya lo tengo marcado en rojo, para que nadie me llame ese día, que no voy a estar, igual que dijo Pérez-Reverte ante el sonido de un móvil en la sala.

 

Pérez-Reverte se explayó de lo lindo al hablar de los protagonistas, de los personajes. Se nota que está muy contento de la película y con ellos.

A continuación les escribo lo que recuerdo que dijo de ellos. Espero me perdonen los “des”.

 

De Viggo Mortensen dijo que le cayó muy bien, cosa fundamental para el permiso del autor, y que hablaba un español con un fuerte acento argentino. Acento que fue pulido para hacerlo pasar por castellano-leonés. Tanto se metió en el papel que se fue a León a pulirlo y tras su estancia en esa bonita ciudad, llamó a Reverte para preguntarle si Alatriste podía ser de León, a lo que el autor le dijo que sí, que podía. Pues tanto empeño puso Viggo, que hasta Reverte ya cree también que es de León. Otra de las anécdotas que señalan cuánto se metió Viggo en el papel es el hecho de que los días en los que él no tenía rodaje también se vestía e iba de aquí para allá con su espada, espada que se llevaba a la habitación del hotel para dormir con ella.

 

De Eduardo Noriega dijo que representaba a Guadalmedina a la perfección, que al verlo vestido de negro con las ropas del personaje le gustó tanto que si fuese una mujer se tiraba para él y se lo comía. Del actor dijo que era muy listo, guapo y con buena planta.

 

De Unax Ugalde, lo que le chocó al principio fue que fuera del mismo pueblo que Íñigo Balboa, es decir, de Oñate. Dijo que sería la auténtica revelación de la película.

 

De Blanca Portillo, dijo que está fantástica, representando a ese Boccanegra, asexuado.

De Javier Cámara dijo que estaba tan bien que viéndolo se imaginada a esa mano que dirigía los destinos del mayor imperio conocido.

 

De Enrico Lo Verso que fue una magnífica adquisición y que bordaba el papel de Malatesta.

 

En fin, que se le notaba muy contento e ilusionado tanto con el resultado de la película como con la aportación de los actores.

 

Más datos, ¡mmm! A ver, a ver, ¡Sí, ya!

 

Una anécdota que despertó la risa del respetable fue la concerniente al maestro de esgrima (inglés de 82 años). Lo primero que preguntó fue que si en esta película se mataba de verdad, a lo que le respondieron que sí, que aquí se tenía que matar de verdad, que ésto eran los Tercios Viejos. Tal y como lo contaban al inglés se le tuvieron que abrir los ojos pues contestó que bien, que ya era hora que en una película se matara de verdad, nada de bailecitos tipo “El zorro”. A pesar de sus 82 primaveras, según contaron en las escenas de esgrima no para de gritar a los actores llamándolos hijos de puta, que no valían para nada, etc.

 

En cuanto al guión, contaron que al principio se lo encargaron a unos guionistas americanos que previa visita al Escorial de demás monumentos, mandaron uno en el que incluso hablaban de una guerra bacterológica amén de poner a los españoles como verdaderos canallas e hijos de puta. Con ello llegaron a la conclusión de que el guión debía escribirse en España. Entonces fue cuando contactaron con Díaz Yanes, cuya anécdota sobre si estaba ebrio (no me acuerdo quién dijo que estaba ebrio si el director, el que dijo que sí que valía ese director, no sé) cuando se aceptó ya ha sido relatada en otros post contados con anterioridad.

 

En cuanto a las subvenciones, destacó Pérez-Reverte, que el dinero en España es el que es, y que una película de gran presupuesto como ésta se iba a llevar mucho dinero, lo que despertó los celos de otra gente que pensó se iba a quedar sin parte de su pastel. Sólo telecinco entro a subvencionar la película. Es por ello que tuvieron que elegir un protagonista que levantara el coste, claro que debía dar el visto bueno, el autor del personajes.

 

Según contó el productor ejecutivo, Pérez-Reverte influyó bastante en la película, aunque según su tono, yo diría que mucho. Suya es la exigencia de que Viggo apareciese con bigote y no con barba (que es lo que querían los productores), que el guión fuese hecho en España y en español y que la película se rodara en castellano.

 

En cuanto al dibujante dijo que cambió por asuntos personales con el anterior, que con el actual iba muy bien y que era un tío muy bueno. Que ha sido el actual el que de verdad le ha puesto rostro a Alatriste y que cree que en vez de divergir, el rostro de Viggo y el del dibujo iban convergiendo a medida que fueran vistos y pasara el tiempo hasta que no pudieran entenderse el uno sin el otro. Decir que al principio Joan Mundet lo pintó feo, con nariz de boxeador, tanto que el propio Reverte le dijo que Alatriste no podía ser feo, que le preguntase a su mujer qué opinaba del primer boceto del rostro. Y sí, la mujer del dibujante corroboró su opinión. Fue entonces cuando le cambió el rostro y llegó a dibujar el actualmente conocido. En cuanto al método de trabajo que seguían era el siguiente: Reverte, conforme escribía el Alatriste le iba mandando a Mundet páginas del texto, para que fuese pensando qué ilustraciones poner. Cuando las tenía pensadas y en boceto se las mandaba al escritor hasta que iban puliendo las opiniones para llegar al definitivo. Ejemplo de ello es cuando Mundet le mandó una ilustración en el que Alatriste salía en una habitación con un espejo barroco. Reverte le dijo que Alatriste era pobre y no podía salir con semejante espejo pues de haberlo tenido lo habría vendido para comer, beber, o lo que diablos le pareciese.

Terminada la conferencia, pusieron unas fotos inéditas de la película, sobre el rodaje que hicieron la delicia de los concurrentes. Decir que a un presente algunas le hicieron poner el vello de punta.

 

Tras la presentación salieron hacia el lugar de la exposición de las láminas, seguidos de todas las personas congregadas. En la exposición, Reverte tuvo que batirse el cobre para poder andar tras las numerosas peticiones de las personas congregadas para que les firmara libros.

 

Una vez recorrida la exposición, cogieron un taxi y se marcharon hacia La Redonda y Gran Vía Escultor Salcillo, a lo que supongo sería su cena.

 

Como en el anterior post, lo escrito está basado en las palabras de Pérez-Reverte y los contertulios, mis impresiones y mi limitada memoria. Esperando no haber cometido numerosos errores y que haya sido de su agrado, me despido hasta la próxima ocasión.