A la venta en las librerías, “El pintor de batallas”, la última novela de Pérez-Reverte

 

Miércoles, 01 de marzo de 2006

 

El escritor vuelve a Troya y trata de comprender "la realidad de las Torres Gemelas a la luz de Homero"

 

Estrella Digital/Efe

Madrid 

La certeza de que el hombre "vive como si fuera invulnerable y es más fácil que nunca", llevó a Arturo Pérez-Reverte a escribir su novela 'El pintor de batallas', una obra que llega hoy a las librerías y en la que el escritor vuelve a Troya y trata de comprender "la realidad de las Torres Gemelas a la luz de Homero". La novela, publicada por Alfaguara, guarda "un cierto parentesco" con otros libros suyos como 'La carta esférica' o 'La Reina del Sur', aunque, como le decía Pérez-Reverte a Efe en una reciente entrevista, entra "en el fondo de ese mundo" para reflexionar sobre la condición humana, el dolor, la crueldad y el horror.

 

Un horror, opina el escritor, que no se limita a la guerra, aunque ésta sea una de sus máximas expresiones, sino que "forma parte de nuestra realidad cotidiana: el ser humano está continuamente bajo la bota del horror, y la única solución es asumirlo como parte de la naturaleza y de la condición humana".

 

La nueva novela de este académico de la Lengua, que en España sale con una tirada de 250.000 ejemplares y que a lo largo de marzo y abril se pondrá a la venta en Hispanoamérica, "no es más que un ejercicio de consuelo" y la forma que tiene el escritor de defenderse "frente al horror y frente a esa realidad que durante 54 años" ha tenido "pegada a la cara".

 

Porque Arturo Pérez-Reverte sabe de lo que habla y nada de lo que hay en 'El pintor de batallas' se lo han contado. El libro "está hecho de lecturas, pero, sobre todo, está hecho de vida", afirma el escritor, que durante 21 años fue reportero de guerra y las experiencias que acumuló en ese tiempo le han servido sin duda para construir la historia "dramática, terrible y desoladora" que cuenta en la novela.

 

Los tres grandes ejes argumentales de la obra son la ciencia -en especial la geometría del caos-, el arte y la guerra, y el protagonista de la misma es Andrés Faulques, un fotógrafo de guerra que recorre el mundo "en busca de la imagen definitiva e intentando confirmar una sospecha: que el caos tiene reglas".

 

Después de 30 años, Faulques sustituye la cámara por los pinceles y se retira a un torreón abandonado de la costa española a pintar un inmenso mural que resuma su visión de todas las batallas y que "permita explicar las reglas geométricas que rigen el caos".

 

Pero el pasado "viene a pasarle factura" a Faulques, y un buen día se presenta en el torreón Ivo Markovic, un antiguo soldado al que el fotógrafo había inmortalizado en una instantánea sobre el repliegue de una unidad croata tras la derrota.

 

Aquella imagen dio la vuelta al mundo y las consecuencias fueron terribles para Markovic, "el rostro de los separatistas croatas": violaron y mataron a su mujer y asesinaron también a su hijo.

 

Con esos dos personajes y con el recuerdo de una mujer muerta, Olvido Ferrara, experta en arte y amante de Faulques, Pérez-Reverte desarrolla la trama y lo hace sin efectismos, de una forma "serena, fría y tranquila".

 

"No podía ser una novela visceral ni de aventuras ni de pasiones, porque el horror de verdad es frío como una mesa de mármol y el universo mata fríamente", aseguraba el escritor en la entrevista en la que adelantaba a Efe algunas claves de un libro en el que abundan las reflexiones sobre el arte "como manipulación de la realidad, como enigma y como guía".

 

Con 'El pintor de batallas', Arturo Pérez-Reverte ha vuelto a Troya y a los clásicos y ha comprobado "el privilegio" que supone poder entender el mundo actual a la luz de Homero, Virgilio o Jenofonte.

 

Un privilegio que "ahora están negando a los jóvenes", y por eso el escritor se pregunta "cómo ellos van a poder entender lo de las Torres Gemelas cuando la palabra Homero desaparezca de los libros".