Alatriste, un mercenario escéptico”

 

Lunes, 5 de diciembre de 2011

 

CRÍTICA J. L. MARTÍN NOGALES

 

Los personajes que protagonizan la serie del capitán Alatriste no permanecen estáticos, ni están dibujados definitivamente en los siete libros sobre él publicados hasta ahora. Por el contrario, se muestran vivos, con pequeños detalles que van desarrollando su forma de ser. Y éste es uno de los aspectos que tiene relevancia en esta novela. A Iñigo Balboa le hemos ido viendo crecer y cruzar el umbral de la adolescencia en campos de batalla, entre soldados, mercenarios bravucones y alborotadores de taberna. En este libro va camino ya de los dieciocho años y tiene "juventud y arrogancia, con los vicios que la vida de soldado acarrea". Alatriste está cada vez más escéptico, más duro y desconfiado. "¿Es vuestra merced Diego Alatriste", le pregunta un desconocido al principio de la novela. "¿Y qué si lo soy?", comenta desafiante. Van a encomendarle una misión de mucho secreto: "de mucho matar, supongo", sospecha él. Y el mismo Quevedo le responde: "también de incendiar, demoler y destruir" (pág. 33).

 

Matar al dogo de Venecia

 

El escenario de esta nueva aventura del capitán Alatriste es Venecia. El encargo que le hacen viene de muy arriba. Es el año 1627. Felipe IV mantiene guerra en Flandes y alimenta intereses en el norte de Italia, donde planea apoderarse de Mantua desde Milán. En ese contexto, la monarquía conspira para asesinar al dogo de Venecia, que se inclina a favor de los intereses de Roma y de Francia frente al reino español. Y ahí está la misión de Alatriste. Como compañía llevará un grupo de soldados reclutados en los barracones de Nápoles: "gente de acero y silencios". Están al servicio de "una España esquiva, turbulenta y miserable, madrastra ingrata". Y les manda un Alatriste resignado, "soldado sin fe en un territorio hostil" (pág. 184). A su alrededor siguen los viejos conocidos de la serie, con el malvado Gualterio Malatesta en posición principal, y surgen otros nuevos, entre los que destaca la judía Livia, que es uno de los personajes secundarios de la novela mejor descritos.

 

Venecia tras la bruma

 

Dos aspectos destacan de esta nueva entrega, que sigue en la línea de las anteriores en cuanto a desarrollar una intriga interesante, en la que se enlazan duelos, amores, lances y conspiraciones. Desde el principio la serie de Alatriste ha definido de una forma clara sus raíces literarias y sigue fiel a ellas: construir un relato de aventuras, sobre el escenario barroco del siglo de Oro, recuperando el valor de los antiguos folletines y el placer por la lectura. Pero en cada entrega hay algunas novedades que revitalizan el género, y en ésta, también. Una novedad que ofrece El puente de los asesinos es el lenguaje. Aquí se lleva a cabo una meritoria recuperación de palabras clásicas, como se hacía en los anteriores, pero incorpora además expresiones italianas de la época junto a formas de germanía. Y otro aspecto destacado de este libro es el escenario. Venecia tiene un valor temático en esta novela. En ese paisaje de islas brumosas en medio de la laguna, los personajes atraviesan como sombras las callejas estrechas y cruzan puentes frágiles en los que puede aguardar emboscada la muerte. La bruma expresa el engaño. Al otro lado está el misterio. Tal vez, la muerte. Pero los personajes de este libro tienen asumido el viejo lema de la soldadesca: "la muerte sigue al que la huye y olvida al que la afrenta" (pág. 303).

 

El puente de los asesinos es el libro más redondo de la serie de Alatriste. Respecto a la veracidad de la historia que cuenta, Pérez-Reverte explica en una nota final que "no se conocen documentos venecianos ni españoles que lo confirmen o desmientan". Pero Alatriste se está incorporando al ideario de los lectores con tal realismo como si se tratara del mismo capitán Alonso de Contreras, por ejemplo. "Lo que una vez más pone de manifiesto que la ficción no es sino una faceta insospechada de la realidad. O viceversa". Autor: Arturo Pérez-Reverte

Título: El puente de los asesinos

Editorial: Alfaguara. 2011

Páginas: 353

Precio: 19,50 euros

 

Arturo Pérez-Reverte

 

En 1996 publicó la primera novela que llevaba por título El capitán Alatriste. Sus andanzas suceden en el siglo XVII, en lo que se ha dado en llamar el Siglo de Oro. En ese contexto han ido transcurriendo los demás episodios de una serie que lleva ya publicados siete títulos: Limpieza de sangre, dibujaba los conflictos religiosos de la época; El sol de Breda, las guerras en las que estaba implicada la monarquía española; El oro del rey, la pobreza de un tiempo decadente; El caballero del jubón amarillo, recreaba con precisión el mundo del teatro; Corsarios de Levante, el peligroso Mediterráneo surcado de galeras y piratas. Una conspiración en Venecia es el argumento que desarrolla la séptima entrega: El puente de los asesinos. Pero aún quedan por publicarse otros dos títulos al menos de las andanzas de este personaje al que nadie quiere ver morir.